El Monje Monstruo De Easton

Historia de fantasmas de Pensilvania, Estados Unidos.

Había una vez un monje que amaba el dinero y el poder más que a Dios. Iba a escuchar confesiones de las personas que vivían alrededor de su iglesia misionera, pero el monje comenzó a chantajear, obligando a la gente a darle oro y plata para callar sus más oscuros secretos.

Una pobre mujer se enfrentó al monje y, en un ataque de ira, él la golpeó hasta matarla. Después de esto, fue condenado a muerte y ahorcado por sus crímenes. Pero poco después de que lo cortaran de la soga y lo declararan muerto, su cuerpo comenzó a transformarse ante los ojos horrorizados de la gente. La cara se contorsionó y colmillos salían de ambos lados de la nariz. Su escaso pelo blanco creció largo y grasiento, y unos colmillos puntiagudos se deslizaron fuera de su boca. El Monstruo Monje abrió los ojos, que ahora brillaban de color amarillo, incluso a la luz del sol del mediodía, y se levantó sobre sus pies ahora con garras.

La gente gritó y huyó, y ninguna oración recitada por sus antiguos frailes pudo ahuyentar al monstruo. Desapareció en lo profundo del bosque, solo para regresar por la noche y matar a los monjes que expusieron su mala acción. Después de que cinco de los monjes de la misión fueran devorados por el monstruo, el resto abandonó el monasterio y se mudó a otra parte del país. El monasterio cayó lentamente en ruinas, pero durante años se vio al monstruoso monje merodeando por el lúgubre lugar por la noche.